- Andrea Santander
NO SOY MALABARISTA
Señor director:
El anuncio de la nueva cuarentena confirmó la peor pesadilla en muchas mamás trabajadoras, como yo. No implica el no ver a los amigos, familia, perder la hora de deporte o la peluquería, que muchos lamentan como gran cosa, como que si se cerraran el mol o el restaurante de moda fuera la mayor tragedia del año; es porque nos transformamos inmediatamente en malabaristas.
Éste es un riesgo ya aceptado; sin embargo, no dejo de cuestionarme si tiene que ser así o no, sobre todo a ojo de nuestras empleadores y jefes. Por qué todo sigue funcionando normal? Nadie ha movido reuniones a horarios que no calcen con las clases Online, nadie ha relajado los plazos de entrega, nadie ha planteado mayor flexibilidad…Porque parece que todo sigue igual. El daño es que se forma en elegir que es prioritario, todo? Home School en la mañana, entonces trabajo en la tarde, hasta tarde, y levantarse ultra temprano para hacer la comida, y no almorzar porque hay que dar almuerzo, y ojalá en el Break ordenar la casa, para mantener la esencia. Y suma y sigue, porque hay que contestar el e-mail, el llamado, el pendiente, y la asistencia a la reunión es fundamental, además de que sea sin ruido ambiente en una casa con tres niños menores de seis años.
En fin, después de los casi cinco meses del año pasado de malabarista, y el mes adicional que se viene, declaro que no soy malabarista y tampoco me interesa hacerlo. Sigo esperando ver que tendrá que pasar para que alguien visualiza esta realidad, que retrocedemos en el mercado laboral femenino de hace 20 años, que el 80% de los hijos de las empresas sean mamás o sea, años luz, o que terminemos todas con licencia antes de volvernos locas. Locas.
Andrea Santander | Ingeniera Comercial
Cartas al Director | Diario El Mercurio